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Oclocracia
España está siendo gobernada por los peores, lo que representa una de las mayores degradaciones y deterioros del sistema. La democracia, cuando se pudre y es presa de sus propias debilidades, se transforma en oclocracia. La oclocracia es el poder de la turba insensata, parte de la cual se instala en los palacios y ministerios.
El que publicamos hoy es un artículo que ya ha circulado con éxito pero que, por su gran valor, he decidido publicarlo en Voto en Blanco, donde cumple perfectamente la misión de formar, enriquecer y fortalecer a los demócratas que luchamos por mejorar nuestro mundo y, especialmente, esta España vejada y maltratada por sus políticos y por su propio pueblo, esclavo y envilecido en gran parte.
El artículo que analiza la degeneración de la democracia, que trae consigo la transformación del ciudadano libre en vasallo de un Estado que ha caído en manos de políticos sin escrúpulos y bien dotados para el mal.
De esto surge la antigua paradoja de la Democracia que, si bien es bendecida como el menos malo de los sistemas políticos, sin embargo, por su propia naturaleza corre el riesgo -mientras más universal- de resultar más perversa; pues no es lo mismo, para el votante, estar informado que no estarlo, ser un ciudadano libre o un vasallo.
Al respecto, mi querido y admirado amigo el profesor Genaro Chic, me envió una serie de artículos muy interesantes, que me hicieron reflexionar largamente sobre las bondades y defectos de las democracias, conforme a la calidad de los políticos que las desarrollan y sus votantes.
Oclocracia o gobierno de la muchedumbre (del griego ὀχλοκρατία [ochlokratía], «poder de la turba») es una de las formas de degeneración de la democracia, del mismo modo que la monarquía puede degenerar en tiranía o la aristocracia en oligarquía. A veces se confunde con la tiranía de la mayoría, dado que ambos términos están íntimamente relacionados.
El término fue acuñado por Polibio, historiador griego, en su obra Historias (VI, 3, 5-12; 4, 1-11), escrita en torno al año 200 a. C. Polibio desarrolló su propia teoría de la anaciclosis, basándose en las tres formas de gobierno aristotélicas y sus correspondientes formas impuras, sustituyendo la demagogia, como forma degenerada de la democracia, por el nuevo concepto de oclocracia.
Mientras que, etimológicamente, la democracia es el gobierno del pueblo que con la voluntad general legitima al poder estatal, la oclocracia es el gobierno de la muchedumbre, es decir, «la muchedumbre, masa o gentío es un agente de producción biopolítica que, a la hora de abordar asuntos políticos, presenta una voluntad viciada, evicciosa, confusa, injuiciosa o irracional, por lo que carece de capacidad de autogobierno y, por ende, no conserva los requisitos necesarios para ser considerada como pueblo»
Por su parte, Jean Jacques Rousseau en “El contrato social”, define esta Oclocracia como la degeneración de la democracia; y el escocés James Mackintosh, lo hace como “la autoridad de un populacho corrompido y tumultuoso, el despotismo del tropel, nunca el gobierno de un pueblo”
Demonización
La demonización o satanización es la técnica retórica e ideológica de desinformación o alteración de hechos y descripciones (próxima a la inversa sacralización, o al victimismo) que consiste en presentar a entidades políticas, étnicas, culturales o religiosas, etc, como fundamentalmente malas y nocivas, como forma de vindicarse positivamente respecto a esas entidades (llamar demonio al otro «diviniza» y hace tan indiscutible como Dios a quien lo hace) para justificarse, por omisión, un trato político, militar o social mejor, o atribuir maldad a lo que sencillamente es distinto, pero no peor o más malo, de lo que se cree o apoya.
Generalmente se recurre a sentimientos para manipular a quienes se convencen más con éstos que con razones, usando las más fáciles palancas de interés que en retórica se denominan pathos (sentimientos, pasiones) y ethos (admiración, modelos), más que las más minoritarias y difíciles del pensamiento o logos, ya que la mayor parte de la gente toma decisiones con los primeros criterios que con los últimos.1 En la demonización, la influencia pública de un individuo o sector con un grado elevado de visibilidad y ethos —como el gobierno o los medios de comunicación de masas— se pone en juego para estimular una reacción de descrédito que elimine las restricciones morales o legales para actuar en detrimento del grupo demonizado. La demonización del otro transforma al demonizador en alguien tan indiscutible como Dios.
Desde la publicación del Malleus Maleficarum hasta nuestros días siguen apareciendo instrumentos discursivos inquisitoriales con la misma idéntica estructura que ese libro; siempre se trata de situaciones «de emergencia» y, como es una «formidable amenaza» que supone un «tremendo» riesgo nada menos que para los cimientos de toda nuestra cultura y la humanidad entera, se deben tomar medidas «extraordinarias» para combatirla, generalmente identificadas con un «enemigo exterior» para dejar a salvo la impunidad del que pretende manipular convirtiéndose en el «divinizado» matador del demonio ideológico así creado. La apelación a emociones básicas como el miedo y el temor en la supuesta emergencia (usada a veces por poderes reaccionarios para evitar la evolución social igualitaria, como explica el libro La doctrina del shock de Naomi Klein) es utilizado por el poder punitivo para eliminar cualquier obstáculo que se le presente generando los cimientos de un estado de paranoia e histeria colectiva que le permite al poder ejercerlo sin frenos ni límites eliminando cualquiera opositor. Cualquier persona que se oponga a ese poder punitivo será acusado de cómplice del mal. Si alguien duda de que la acusada sea una bruja es porque está también poseído por Satanás.
Cambiando su contenido de acuerdo a las épocas podemos observar como ese mismo discurso del poder punitivo descontrolado aparece en la Alemania del nazismo, en la España de la dictadura de Francisco Franco, en la Argentina del Proceso de Reorganización Nacional, en la Rusia del estalinismo, en la China del maoísmo, en la guerra contra el terrorismo de los Estados Unidos, en la masacre de la guerra de Croacia, en el genocidio camboyano, en el genocidio en Bosnia, en el Porraimos, en el Genocidio de Ruanda, en el genocidio congoleño y en casi todas las masacres históricas en los estados policiales donde el derecho jurídico y las garantías constitucionales se pierden.
En los casos más extremos se presenta a los miembros del grupo segregado como infrahumanos o inhumanos, como los judíos o los gitanos en la Alemania nazi; sin embargo, más frecuente es la simple presunción de culpabilidad, que lleva en la práctica a la restricción de los derechos civiles del grupo aún sin un refrendo administrativo. La situación de los nativos de Oriente Medio en los Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, cuando fueron sujetos a controles policiales según su perfil étnico, es un ejemplo típico de este segundo caso. Otras circunstancias de este tipo han sido las distintas guerras contra el indio en toda América, la retórica anticomunista de los años 50 y 60, o la persistente segregación de los norteafricanos en los países de la cuenca mediterránea.
El procedimiento es muy antiguo y han recurrido a él frecuentemente historiadores poco imparciales asociados al poder, tengan la ideología que tengan. Véase por ejemplo lo que escribe el cronista real Pero Mexía sobre el levantamiento comunero contra Carlos V: Dos años y medio había, y aún no cabales, que el Emperador había venido a estos reinos y gobernándolos por su persona y presencia, y los tenía en mucha tranquilidad, paz e justicia, cuando el demonio, sembrador de cizañas, comenzó a alterar los pensamientos y las voluntades de algunos pueblos y gentes; de tal manera que se levantaron después tempestades , alborotos y sediciones…
Mexía, que poco después machaca «como digo, todo esto fue obra del demonio» arrebata, demonizando a los comuneros, las causas, más lógicas que infernales, que tenían para alzarse. Se presta especialmente a la demonización el tema del patriotismo en boca de “salvapatrias”, a causa del pathos retórico que impregna determinados temas, y que emana de lo que Léon Poliakov estudió como expresión colectiva de una necesidad paranoica de grandificar o magnificar al padre para divinizar al hijo.
La demonización en estos casos, es una de las formas en que se expresan y propagan las convicciones racistas de una sociedad, las circunstancias producidas por la globalización de finales del siglo XX, con tasas relativamente elevadas de migración internacional unidas a una situación de relativo estancamiento económico y de degradación y miseria educativa, han influido en una intensificación de las formas de demonización. Sectores críticos han destacado que, tras los argumentos nominalmente éticos o culturales que conforman la argumentación estereotipada de la demonización, se esconden probablemente intereses económicos, como los de la explotación colonial. La Neorretórica concluye que se trata de un procedimiento más para influir a la parte del auditorio, siempre más amplia que la otra, que se convence más con sentimientos que con razones.
Pedofilia institucionalizada
La OMS es una entidad de las Naciones Unidas que se lanzó como una de las organizaciones originales de la ONU a fines de la década de 1940. Pese a que la ONU solamente tenía la finalidad de preservar la paz mundial y evitar un conflicto internacional parecido a la Segunda Guerra Mundial, el impulso de meterse en la salud fue aplaudido por todos sus miembros. En los años siguientes de su creación, la OMS ha emprendido iniciativas en todo el mundo que, sin duda, han servido a la salud pública, la OMS fue respetada y respetable por todos por muchos años. Sin embargo, en las últimas dos décadas, la OMS se ha convertido en un ávido defensor de la izquierda para promover e imponer varias cosas, como imponer los gastos de salud del transexualismo como un “derecho” humano y muchas otras cosas más, a narices de todo el…
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Victorianos
Hace más de cien años, Inglaterra estaba habitada por ingleses y formaba parte de la cristiandad. Bajo la reina Victoria (1839-1901), Gran Bretaña era tan poderosa que se podía permitir el lujo de vivir en un «espléndido aislamiento» y limitarse a mantener el orden en su imperio global con unas cuantas cañoneras y los fondos del Banco de Inglaterra. Desde luego, tanto los Estados Unidos, como todos los organismos internacionales llenos de bergantes llamados «expertos», deberían aprender de los ingleses del XIX a la hora de dominar el mundo. Sin embargo, esa tarea resulta imposible en nuestro tiempo por una cuestión fundamental: aquellos hombres, los «victorianos», se educaron con unos principios y mantuvieron unos códigos de conducta que hoy son aborrecidos por el «establishment» mundial, incluido lo que va quedando de la vieja Inglaterra. Cualquier cosa que se conceptúe como «victoriana» por la corrección política imperante adquiere, por esa misma calificación, un tinte negativo: es sinónimo de hipocresía, represión sexual, clasismo, moralidad burguesa, arquitectura historicista, arte «kitsch», racismo euro o anglocéntrico (según se guste) y un sinfín de matices más que cargan a la época y a sus representantes con una nota perpetua de infamia. Esta aversión a la era de la reina Victoria viene desde el reinado de su hijo y sucesor, Eduardo VII, y cobró auge después de la I Guerra Mundial para no dejar de perderlo nunca más, desde los pérfidos retratos de Lytton Strachey a las novelas de D. H. Lawrence o el «Adiós a todo eso» de Graves.
Y sin embargo, jamás Inglaterra fue tan poderosa como en aquel tiempo, ni tuvo un dominio tan absoluto de la economía mundial, ni se escribió mejor en inglés. Victorianos fueron Dickens, Thackeray, Kipling, Tennyson, Carroll, Conrad, Machen, Swinburne, Wilde, Ruskin o Pater, por no hablar de Conan Doyle o Chesterton. También eran victorianos los que desvelaron uno de los enigmas geográficos más apasionantes de la historia: el de las fuentes del Nilo, en la durísima expedición de Burton y Speke. Los súbditos de aquella regia matriarca descubrieron Nínive y dieron un impulso definitivo a la arqueología, recorrieron los océanos, exploraron los polos, desbrozaron las selvas y trazaron las vías de comunicación que aún hoy siguen siendo vitales en medio mundo, como los ferrocarriles en la India, por ejemplo. Las artes de aquel tiempo son objeto de burla por los críticos, que no por el público, que prefiere los productos de aquella era del confort burgués a los de la fría y malaje «Bauhaus» alemana. Y en cuanto a la pintura: ¿Ha superado la plástica inglesa a Millais, Rosetti, William Morris y Beardsley? Hasta las estaciones de tren parecen catedrales y los restos de la gran arquitectura victoriana se pueden contemplar en Londres y en Bombay, en Montreal y en Singapur. Parece ser que esos tipos tan machistas, racistas, eurocéntricos, hipócritas, reprimidos y elitistas construyeron algo que no estaba tan mal y que sus sucesores, cada vez más igualitarios, feministas, multiculturales y pansexuados no son capaces de emular. Curioso, ¿verdad?.
No existe mejor narrador de aquella era que Rudyard Kipling, un genio que ha pasado de ser un símbolo nacional a convertirse en un réprobo al que los académicos vapulean y la corrección política infama. Pocos artistas han disfrutado como Kipling del don de contar historias. En sus narraciones, sobre todo en «Kim» y en «El hombre que pudo ser rey», el autor ha encarnado los valores del imperialismo y de la dominación europea. Y su famoso poema «If» nos muestra qué conductas y qué actitudes eran el ideal de aquel tiempo. Tampoco hubo nadie como él, en «La carga del hombre blanco», que anticipara de mejor manera la reacción de odio y autodenigración que aquella labor entonces prestigiosa del imperialismo iba a generar. Porque no nos engañemos, en el desprecio a la era victoriana late el odio a Occidente de todos los llamados «antiimperialistas», desde el fakir hipócrita de Gandhi hasta cualquier tirano tribal al estilo de Idi Amín o del recientemente fallecido Robert Mugabe. Pero mucho peor que el odio de los otros es el de la propia gente, la que es de la misma sangre. La demolición de Occidente no viene de fuera, sino de dentro, y uno de sus pilares es la mala conciencia por los presuntos abusos del «hombre blanco» (el Gran Satán de la corrección política) sobre todo tipo de «minorías». De la grandeza de su papel como elemento de progreso y civilización, sólo comparable a Roma y España, se silencia todo: el hospital y el ferrocarril, la vacuna y la abolición de la esclavitud, los fundamentos del gobierno representativo y la educación científica… sí, la ciencia moderna nació en Inglaterra, conviene recordarlo a los multiculturalistas. Todavía está por escribir una historia de la expansión europea sin los complejos de culpa que trata de imponer la izquierda. La era victoriana es el epítome de todas las «maldades», el objeto predilecto de una nueva leyenda negra. Los motivos son evidentes: en aquel tiempo fue la mujer madre y guardiana del hogar, el sexo era una «cosa» de la que no se hablaba, la educación se hizo exigente, autoritaria y elitista, se creía en la superioridad de Occidente y en la necesidad de asimilar a los colonizados, se defendía sin fisuras la propiedad privada y se mantenía que el hombre es responsable de sus propios actos y de su destino y no un menor de edad perpetuo que debe ser tutelado por los poderes públicos; nada de todo esto es hoy admisible.
Y, sin embargo, con semejantes «antivalores» esta gente dominó el mundo. Los logros de la Inglaterra del XIX empequeñecen a los actuales de esa isla que va camino de convertirse en un emirato en el Mar de Norte. Comparar a los Peel, Salisbury, Gladstone o Disraeli de entonces con los Corbyn, May o Cameron de hoy produce una sonrisa de conmiseración. Incluso los rebeldes eran de otra pasta: ¿Qué «rebelde» subvencionado de hoy alcanza la altura del Conrad anticolonialista de «El corazón de las tinieblas» (al que ahora los progres acusan de racismo), del capitán Burton o de Oscar Wilde? Cabe recordar que sin el esplendor de los fondos de la Biblioteca Británica, Marx jamás habría podido escribir «El capital».
Pese al efímero y mítico paso de Jack el Destripador, la Inglaterra victoriana era un país en el que los policías se podían permitir ir desarmados y donde el respeto, el civismo y la seguridad resultaban un ejemplo para toda Europa. Los castigos severos, la moral estricta y la educación jerárquica cimentaban una comunidad que era pacífica, tolerante, libre y próspera. Por cierto, se trataba de una sociedad burguesa en la que los conflictos sociales se arreglaban mediante un sindicalismo pragmático, enemigo de revoluciones, donde los sectarios de Marx no pudieron nunca adquirir una influencia decisiva. Cuando uno examina el éxito del mundo victoriano, no puede dejar de inquirir al estilo de un personaje tan representativo de ese tiempo como Sherlock Holmes: si los valores viriles y jerárquicos, si la educación elitista, si la cultura burguesa, si la objetividad y la serenidad, si la fe en la superioridad de Occidente, si la responsabilidad personal, si los instintos son algo secundario, indigno y de mal gusto… si todos estos elementos hicieron tan grande a Inglaterra y su negación la ha hecho tan pequeña, ¿por qué es infamante el que algo sea calificado de «victoriano»? Quizá porque esa valoración negativa ha surgido de sus enemigos, que son los mismos de Occidente y sus valores. Y es mala política dejarse influir por quien nos quiere perder.
La Manada negroide
Marroquíes violan a una niña española
y así es como lo cuentan los medios izquierdistas
Antena 3 y La Sexta Noticias ocultan la nacionalidad de los violadores de una niña de 12 años porque son de origen marroquí y nigeriano
Determinados medios parecen haber decidido que es mejor que el público no conozca determinados detalles importantes sobre algunos hechos. Un ejemplo lo hemos tenido esta semana en España.
La reacción de un grupo feminista sobre las menores violadas por un grupo de argelinos
Las otras ‘manadas’ que no tuvieron juicios mediáticos en España: ¿adivinas el motivo?
Los agresores dejaron marcharse a otra niña “por ser mora”
Este miércoles, el diario El Mundo informaba sobre una violación a una niña, una agresión ocurrida en Azuqueca de Henares (Guadalajara) y que fue ocultada durante un año, algo muy chocante en un país en el que las noticias sobre violaciones son publicadas con frecuencia por los medios, incluidas las violaciones a menores. ¿Qué pasó en este caso para que la noticia fuese ocultada? En el momento de los hechos la niña, de nacionalidad española, tenía 12 años. Los agresores fueron seis jóvenes de entre 15 y 20 años, uno de ellos nigeriano y los demás marroquíes. Tanto la niña española como una amiga suya fueron llevadas por esos jóvenes a un edificio abandonado. Allí, tras una discusión en árabe, decidieron soltar a la otra niña “por ser mora”, según explicó ella misma a la víctima. A la niña española la violaron durante 45 minutos. Así pues, cabe concluir que esta agresión sexual tuvo tintes racistas.
La teoría izquierdista de que no existe el racismo contra los blancos
La experiencia demuestra que el racismo se da en las culturas más variadas y entre personas de distintas razas. Sin embargo, desde hace unos años se están escuchando unos discursos que contradicen esa experiencia. Una parte de la izquierda ha decidido aplicar las tesis marxistas a esta cuestión y considera que el racismo sólo se da desde una raza opresora (los blancos) contra razas oprimidas (las demás). De hecho, grupos izquierdistas hablan de personas “racializadas” para referirse a los colectivos que son víctimas de ese racismo por parte de los blancos. Grupos pretendidamente antirracistas afirman que el racismo contra los blancos no existe; es decir, que la raza blanca sería la única que no es odiada por nadie. Basta con repasar las tesis racistas de grupos como los Panteras Negras para comprobar que ese racismo también existe.
Medios izquierdistas ocultan el tinte racista de la violación
La mayoría de los medios izquierdistas parecen haber decidido que si la realidad les estropea sus prejuicios ideológicos, entonces es mejor ocultarla. Así es como han informado sobre la violación de Azuqueca ciertos medios españoles controlados por la izquierda:
- El País: este diario sociata se limita a decir en el segundo párrafo de su noticia que los agresores “son de origen magrebí”. No indica la nacionalidad de la víctima ni explica el motivo por el que los violadores dejaron marcharse a la otra niña, ocultando así el tinte racista de la violación.
- La Sexta: ha publicado dos noticias sobre la violación. En las dos oculta las nacionalidades de la víctima y de los agresores.
- Antena 3: este canal de televisión, perteneciente al mismo grupo que La Sexta, ha publicado una noticia sobre la violación, ocultando las nacionalidades de la víctima y de los agresores.
- Telemadrid: la televisión pública autonómica de Madrid, controlada por personas afines a la ultraizquierda, ha publicado una noticia sobre la violación, ocultando las nacionalidades de la víctima y de los agresores.
- Radio Nacional de España: la emisora de radio pública controlada por el Gobierno socialista publicó una breve noticia sobre la violación, en la que ocultó las nacionalidades de la víctima y de los agresores.
- Cadena SER: esta emisora de radio socialista publicó una noticia sobre la violación en su emisora de Castilla-La Mancha. En el audio de la noticia se habla de la nacionalidad de los agresores, pero en el texto de la página web se omite todo dato al respecto.
- Público: este diario de ultraizquierda ha publicado una noticia sobre la violación en la que oculta las nacionalidades de los agresores y de la víctima.
- Eldiario.es: este diario de ultraizquierda ha publicado una noticia sobre la violación, ocultando la nacionalidad de los agresores y de la víctima.
Inmigrantes marroquíes cometen terribles delitos sexuales en España y los principales medios de comunicación guardan silencio ¿por qué?
28 de julio – Dos marroquíes violan a una joven de 17 años en la localidad alicantina de Pilar de la Horadada
1 de agosto – un marroquí de 25 años fue arrestado después de robar y violar a una mujer británica de 74 años en Valencia en mayo.
5 de agosto – en Tudela, en el noreste de España, tres marroquíes son detenidos por la violación de otra menor durante la feria local anual.
8 de agosto – Dos jóvenes marroquíes, uno de ellos un inmigrante ilegal, fueron detenidos en Tenerife tras violar y abusar de una joven turista inglesa.
9 de agosto – un marroquí de 38 años asustó a toda la clientela de un bar en Ibiza, amenazando con dispararles a todos mientras blandían un arma. Más tarde fue encontrado con una pistola de 6mm y 1500 pastillas de éxtasis.
9 de agosto – Un marroquí de 51 años es detenido tras masturbarse delante de cuatro adolescentes de 14 y 15 años en Menorca.
Estos son sólo algunos de los casos que han ocurrido en las últimas dos semanas, y ponen de relieve el abuso sexual desenfrenado.
Sin embargo, hay muchos otros puntos de vista sobre el creciente problema de la migración marroquí -ahora que el gobierno socialista ha flexibilizado la seguridad fronteriza con Marruecos-, entre ellos el tráfico de drogas, la prostitución y, por supuesto, el terrorismo.
Un informe sobre los terroristas marroquíes que atacaron Barcelona y Cambrils el año pasado muestra que tenían la intención de llevar a cabo una carnicería mucho mayor de la que realmente lograron, incluidos los ataques con vehículos todoterreno y los ataques contra la Catedral de Barcelona de la Sagrada Familia y la Torre Eiffel.
España ya tenía un problema con la inmigración ilegal, pero con el nuevo gobierno de izquierda parece más que probable que la situación se descontrole.
Otros medios controlados por la izquierda, como Televisión Española, El Periódico, El Plural e InfoLibre, ni siquiera han informado de lo ocurrido.
Así nos va
¿Arde París?
Precisamente un natural de Notre Dame predijo hace más de 500 años que un hecho trágico ocurriría en 2019. Vaticinaba que un símbolo de la cristiandad en Francia o España arderá en fuego purificador.
Michel de Nôtre-Dame, conocido como Nostradamus, fue un médico, astrólogo y profeta galo que se distinguió a lo largo de la historia por sus acertadas predicciones sobre el futuro, que fueron plasmadas en su obra Les Propheties.
Si bien todas sus profecías no se han cumplido, muchas de ellas se han producido y en la época actual muchas personas las siguen con cautela.
“Nuestra señora llorará por todos nosotros y brillará en la lejanía (…) Con la entrada de la primavera una iglesia arderá en fuego, una gran Iglesia de todos los tiempos se quemará por los pecadores. El fuego quemará los símbolos que se han utilizado para el ego de los hombres y no en el nombre de Jesús. Una gran iglesia se quemará para traer buenas nuevas”, rezaba la profecía.Nostradamus no parece estar tan lejos de la realidad.
La momia Maria
La momia Maria de Nazca
Es humanoide, pero su anatomía no
En el año 2017, salto una noticia sobre una momia encontrada en peru:
un grupo de arqueólogos descubría una extraña momia en la misma zona en donde se encuentran las líneas de Nazca (Perú). Se trataba de una mujer de mediana edad, momificada con un extraño componente químico y con una morfología realmente curiosa: no solo contaba con una cabeza alargada, sino que tenía las costillas situadas en una posición nada común… y tenía solo tres dedos alargados, tanto en manos como en pies. ¿Realidad o fake?
Un grupo de investigadores rusos afirma que se ha encargado de investigar a María —nombre que le pusieron sus descubridores—, obteniendo brillantes resultados a través del primer análisis genético realizado a la momia. Según afirman estos científicos, las primeras pruebas que se le han realizado han determinado que se trata de una mujer que vivió en el siglo V d.C., es decir, unos 1.000 años antes de la llegada de Colón. Los científicos lo tienen claro: “Parece humana, pero no lo es”. Fallecido en el siglo XII antes de Cristo, poco se sabía sobre una de las momias más misteriosas de todos los tiempos. Ahora, por fin, un experto egiptólogo le da nombre y causa de su muerte
Eso sí, aún quedan por conocerse sus rasgos genéticos más concretos. “Se trata de una criatura antropomórfica, pero tiene 23 pares de cromosomas, al igual que nosotros. Ahora estamos realizando el análisis en profundidad para saber si estos cromosomas y sus aminoácidos se encuentran colocados en la misma disposición que los nuestros”, aseguró Konstantin Korotkov, uno de los encargados de la investigación, de la Universidad Nacional de Investigación de Rusia.
Según determina el informe genético que se le ha practicado, la momia cuenta con unas estructuras similares al ser humano, pero no es uno de nosotros. La parte más extraña tiene que ver con la forma de sus manos, pies y cabeza, que ha disparado todo tipo de especulaciones, especialmente por encontrarse en una zona tan vinculada con la vida extraterrestre como Nazca. Y los estudios que se le han practicado hasta el momento no han sido capaces de refutar esta teoría.
“Vemos claramente los contornos de la tráquea y los bronquios, vemos claramente los contornos del corazón y las cámaras, incluso los contornos de las válvulas son visibles. Podemos ver con bastante claridad el diafragma, el hígado y el bazo“, confirma Natalia Zalóznaya, otra de las científicas. Sin embargo, la forma de las extremidades y la posición de las costillas, semicircular y en forma de quilla de barco, hacen dudar de la procedencia real de esta momi
Es importante recordar que algunos de los petroglifos que se representan en Nazca muestran formas humanoides con tres dedos, precisamente igual que María. “Esta momia podía haber sido una representante de una raza determinada que posiblemente haya alcanzado una etapa avanzada mucho antes que nosotros, tal vez miles de años antes. Podrían se extraterrestres o biorrobots y haber sido capaces de sobrevivir”, afirma Korotkov.
Junto a esta momia, los investigadores han tenido acceso a otras momias similares de pequeño tamaño —incluso una que creen que puede ser su hija—, de unos 70 centímetros de altura, y con las mismas características físicas que la de María. En este caso, la gran diferencia física tiene que ver con que la mandíbula inferior es fija, formando parte del propio cráneo. “La estructura anatómica de estos seres es diferente a la del ser humano”, señalan sobre estas momias.
Durante esta primera exploración científica, los expertos han sido capaces de confirmar que el material que ha permitido momificar estos cuerpos es cloruro de cadmio. Eso sí, los misterios que arroja esta momia siguen siendo muchos: ¿se trata de una raza desconocida? ¿Un ser humano con malformaciones? ¿Una especie extraterrestre? ¿O una falsificación? El desarrollo completo del genoma será el que se encargue de dar las respuestas definitivas al misterio.
Sin embargo, el hallazgo de esta momia en el año 2017 estuvo rodeado de polémica sobre su verosimilitud. El Ministerio de Cultura de Perú aseguró que desconocía la ubicación exacta de los hallazgos ni su composición, y que era “altamente probable que no fueran momias prehispánicas, sino producto de una compostura actual”, asegurando que incluso puede tratarse un ‘fake’. Las investigaciones serán las encargadas de confirmar de qué se trata realmente y cuál es su procedencia real.
Devoradores de hombres
Fue a fines del siglo XIX cuando el imperio británico puso sus ojos en Kenia. Necesitaba crear un puente industrial de ferrocarril que le permitiera un tránsito más expedito por sus territorios en África. No obstante, esta obra estuvo en peligro por un lapso de nueve meses, los villanos eran dos leones conocidos como “devoradores de hombres”.
La historia está vigente hasta nuestros días debido a que nadie ha logrado explicar por qué esos animales tuvieron una fijación especial con la carne humana. Por esos años, se les culpó de la muerte de unos 135 obreros de la localidad de Tsavo, haciendo peligrar el éxito de esta obra.
Fue a fines de 1897 cuando las autoridades británicas idearon un proyecto para crear un puente de ferrocarril sobre el río Tsavo (Kenia), el objetivo era conectar este país con Uganda y apurar las exportaciones de marfil hacia Europa.
Para llevar a cabo esta misión fue designado como jefe de obras el ingeniero militar inglés John Henry Patterson, quien también se desempeñaba como cazador en tierras africanas.
Además, para construir esto fueron reclutados cerca de 1.000 trabajadores de origen Collie (nativos de Kenia), quienes armaron un campamento junto al río para dedicarse de lleno a la construcción de la obra.
Según el libro Los fantasmas de Tsavo, del autor estadounidense Philip Caputo, las obras del puente se desarrollaban de manera normal hasta marzo de 1898, cuando se dio aviso de que dos leones habían atacado y devorado a dos obreros durante una noche.
Patterson y las autoridades no dieron mayor atención a este hecho y decidieron continuar con la obra, pero los ataques nocturnos comenzaron a ser una constante. La situación comenzaba a tornarse peligrosa.
Dentro de las memorias del ingeniero, se estipula que él intentó persuadir a las autoridades inglesas para que detuvieran las obras por un tiempo para dar caza a los animales, pero ellos negaron a esta opción y ordenaron continuar, el puente debía estar finalizado a fines de ese año.
En su libro, Patterson estipuló que los leones mataron a 135 trabajadores entre marzo y diciembre. En ese momento, la construcción del puente dejó de ser una prioridad.
De acuerdo a un reportaje del medio español ABC, el ingeniero se obsesionó con cazar a los dos leones e ideó una serie de trampas para llamar su atención y dispararles con su rifle. Su plan tardó semanas en dar resultados.
Nace una leyenda
Según el citado medio, para las tribus de etnia Taita resultaba incomprensible el comportamiento que habían mostrado los animales, ya que los humanos no formaban parte de la dieta de ellos.
Es por eso que los habitantes locales llegaron a decir que los felinos eran enviados del demonio para acabar con la colonización de la zona. Los bautizaron como el “fantasma” y la “oscuridad”.
De acuerdo a la revista Live Science, los leones de Tsavo se caracterizan por no poseer la melena característica de estos animales, además de tener como comida preferida los búfalos y ñus.
Es por eso que, en aquellos años, fue imposible saber las causas de esa matanza, pero las cartas estaban echadas y el Imperio abogaba por dar un final a la obra.
En sus memorias, Patterson indicó que logró matar al primer león el 9 de diciembre de 1898. Para lograr eso trepó en un árbol y atrajo al animal dejando restos de sangre humana alrededor de su posición.
El segundo fue muerto veinte días después por el mismo cazador, quien utilizó la misma técnica para atraerlo y darle un tiro certero desde la altura. La pesadilla había acabado.
Si bien la obra pudo continuar sin otros contratiempos, los trabajadores no pudieron recuperarse de las muertes que sufrieron otros obreros, por lo que muchos decidieron dejar la faena de propia voluntad.
Las tribus Taita continuaron insinuando que los espíritus del “fantasma” y la “oscuridad” seguían asechando esa zona de Kenia, llegando a decir que el lugar estaría maldito para siempre.
Es por eso que la compañía a cargo de la obra debió llevar empleados incluso desde Inglaterra. Finalmente, el puente estuvo finalizado a mediados de 1899, aunque con muchas polémicas.
Actualmente, los cuerpos disecados de los dos leones están en exhibición en el Museo Field de Historia Natural de Chicago (Estados Unidos). Ambos han sido sometidos a diversos estudios para explicar su comportamiento.
¿Por qué actuaron así estos dos leones?
Más allá de las historias que elevan este relato a la categoría de mito, en los últimos años se han elaborado estudios para intentar explicar el comportamiento de los dos leones.
El científico e investigador del museo Field de Chicago Bruce D. Patterson (que no es pariente de John Patterson) elaboró un estudio en el que revela conclusiones algo sorpresivas.
En su documento, que fue publicado en la revista Scientific Reports, y replicado por Gizmodo, el biólogo explica que el estado de la dentadura de esos dos leones era malo, por lo que estaban debilitados para cazar animales grandes.
Para llegar a esa respuesta, el investigador comparó el estado de las dentaduras de los 2 animales con otras especies de la zona de Kenia, indicando que había lesiones internas que les imposibilitaban atacar a presas que fueran más pesadas que ellos.
“Los leones matan con los dientes, pero si no puedes matar un búfalo es mejor que no te acerques a él porque puede matarte a ti. La llegada de 3.000 trabajadores del ferrocarril probablemente fue recibida con auténtico entusiasmo por los leones”, explicó.
Si bien esta conclusión puede ser apresurada, según Bruce Patterson el inicio de esta obra coincidió con un brote de peste bovina que mató a gran cantidad de búfalos de la zona en 1898, por lo que el alimento para los leones era escaso.
Otro estudio, elaborado por investigadores de la Universidad de California, entregó en 2017 nuevos antecedentes sobre la forma de actuar de los felinos, indicando además que las víctimas no fueron tantas como las informadas en el siglo XIX.
Nathaniel J. Dominy, profesor de dicha universidad, indicó en la revista Proceedings que analizaron las dentaduras, restos óseos y muestras de pelo de los animales, determinando que en total habían devorado a 35 personas entre ambos.
El informe sostiene que uno de los dos leones mostraba más interés en la carne humana que el otro, aunque entre los dos hacían un muy buen equipo de caza. Se estima que uno de ellos mató a 24 personas y el otro a 11.
“La idea de que formaran equipo a pesar de sus distintas preferencias en la dieta es algo que nunca antes se había visto”, destacó el director de la investigación.
Por otra parte, en el documento hubo un ítem que concordó con la conclusión del estudio desarrollado por Bruce Patterson. Este también destacó que los animales tenían su dentadura muy desgastada y con severas lesiones, por lo que no habrían podido atentar contra presas de mayor tamaño.
Cabe señalar que toda esta historia fue llevada al cine en 1996, en una película que se llamó The Ghost and the Darkness (Fantasma y oscuridad). En aquel entonces, Val Kilmer fue quien personificó al coronel Patterson.
La última estación
Mas miedo dan los vivos
Muchos cometen el error de pensar que el enterrador se dedica exclusivamente a enterrar. Pero es sólo una parte del trabajo, y dependiendo del cementerio en el que estés también tendrás que desenterrar e incinerar. Ah, y ocuparte del mantenimiento del cementerio haciendo las veces de barrendero, pintor y albañil.
¿Pero cómo que desenterrar? Los cementerios ocupan lo que ocupan, y para que unos entren otros tienen que salir. Los nichos suelen alquilarse durante determinados años, y al terminar toca elegir entre renovar el contrato, trasladar los restos a otro nicho junto a otro familiar, incinerarlos o dejarlos en la fosa común del cementerio. Vamos, que al final en muchos sitios acabas desenterrando más de lo que entierras.
Aun recuerdo la primera vez que vi sacar a un cuerpo en mi primer día de trabajo, y los tres metros a los que me puse de la caja. Es una sensación extraña porque esperas ver un espectáculo hollywoodiense, pero al final acabas dándote cuenta de que no es para tanto.
Por lo demás, enterrar ha perdido parte de su encanto desde que las normativas han dejado de permitir hacerlo bajo tierra. Aun así siempre puede tocarte desenterrar en esas zonas, lo que te lleva a una agradable tarde dándole sin parar al pico y a la pala. Eso sí, jamás he podido cavar rectángulos tan perfectos como los de las películas.
Los que dan miedo son los vivos
Una de las frases hechas que más utilizábamos con las personas que visitaban el cementerio y se paraban a hablar con nosotros era la de “los que dan miedo son los vivos”. Y es una verdad como un templo, aunque trabajando en un cementerio a veces la mente te juega malas pasadas y te llevas algún que otro susto.
Especialmente complicadas son las incineraciones nocturnas, cuando estás sólo en un edificio cerrado y no se oye ni un alma. Nunca me he encontrado con ningún fantasma ni he visto u oído nada que me haga sospechar que existen, pero una o dos veces me he dejado sugestionar por algún ruido y he acabado saliendo con un paso más ligero del que mi dignidad me hubiera recomendado.
Lo que sí que he visto han sido muertos levantarse, aunque todo tiene su explicación. Cuando se lleva a cabo una incineración los cuerpos responden al calor de las llamas, y eso afecta a los nervios y los músculos. Por eso no es raro que si alguna vez miras por la mirilla de uno de estos hornos te encuentres con que un cadáver ha levantado un brazo, un pie, o parezca que recline.
Alguna vez me han preguntado por la catalepsia y no, en los tres años que estuve trabajando ahí no me encontré con nadie que despertase antes de ser enterrado o incinerado. Básicamente porque de haberlo hecho no se hubieran despertado en el cementerio sino en el tanatorio, que es donde los limpian, los cosen y los arreglan. Esa sí que es una profesión difícil.
A parte de profesionales como enterradores, funerarios, albañiles, pintores o marmolistas, el cementerio lo habitan dos tipos de personas muy diferentes: los visitantes ocasionales y los que pasan tanto tiempo allí que a veces parece que se queden a dormir.
Los segundos acaban siendo como parte de la familia. Por lo general se trataba de viudos y viudas, y entre ellos se distinguían otros dos tipos de visitantes asiduos: los que se pasan varias horas cada día en el cementerio y los que sólo venían un rato a diario. Pero independientemente de su tipo todos acabábamos conociéndonos y saludándonos cada día.
Por otra parte están los que vienen dos veces al año y quieren que esté todo impoluto mientras despliegan una alfombra roja bajo sus pies. Afortunadamente son sólo una minoría, y casi todos los visitantes ocasionales se limitan a llegar, hacer sus cosas y marcharse. Pero cuando te toca uno te puede amargar la tarde.
Los alemanes se empiezan a replantear sus políticas de inmigración conmocionados tras la violación y el asesinato de una niña de 14 años, supuestamente por un iraquí.
Parece que cada vez son más los europeos que empiezan a darse cuenta de que la política de inmigración abierta y extremadamente liberal no les está sirviendo de nada y les está haciendo daño.
El movimiento contra la inmigración masiva en Europa (y los EE.UU.) ha comenzado y se necesitará mucha más intromisión de Soros y sus títeres para detenerla: